De guitarras y puestas de soles
Para comer hice una pasta a la puttanesca cocida directamente en la salsa de tomate que, aunque está feo que lo diga, quedó bastante bien para mi home Diego y para mi (si tenía alguna duda él me la despejó).
Cuando acabó de trabajar se bajó con el Antonio a la playa mientras yo terminaba unas movidas y les encontré un rato después en las pistas de volley jugando con unos señores que creían que tenían alguna chance hasta que jugaron el primer punto.
Luego estuvimos guitarreando y malabareando hasta que se puso el sol y la arena parecía de hielo, que fue el momento en el que decidimos que iba siendo hora de subir.
Para cenar hice filetes de cerdo con salsa de pimienta y volvimos a repetir el plan de todas las noches mientras discutía con Ramoni el mejor nombre de contacto de móvil que le puedes poner a tu pareja.
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