De púgiles desempolvados

Tras una tarde de gestiones a las 9 volví a boxeo y noté rápidamente que el mes y pico que llevaba sin ir no había pasado desapercibido para mi cuerpo.

Para más inri me puse con Carlos y terminé como si me hubiese pasado por encima un tren.

Y al volver a casa no tardé mucho en acostarme.

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