De holandeses folclóricos y sobremesas musicales
Por la mañana estuve haciendo quereseres y terminé de montar los vlogs y las entradas de Egipto
A las 8 y media quedé con los mayos bajo la sede y a las 9 estábamos llegando a Santa Ana.
Primero cantamos de cara a la cruz.
Y luego nos dimos la vuelta.
También vino Sandra en calidad de reportera de Teverás y nos estuvo grabando.
Y tras 8 ó 9 canciones paramos para tomar algo.
Desde ahí fuimos desfilando hasta la casa Piñuelas y nos cruzamos con un matrimonio extranjeros que se quedaron totalmente hipnotizados y nos siguieron un par de calles.
Antes de pasar paramos de tocar intentamos hablar con ellos pero sabían 0 de español así que les estuve preguntando y resultaron ser holandeses. Además dijeron que les había gustado mucho cómo tocábamos así que los de la casa les invitaron a pasar y les dieron una copa de vino.
Por la cara que tenían no se esperaban nada de eso pero se lo estaban pasando bien.
Además Germán se animó a leerle un ramo a la mujer, que definitivamente no entendía nada.
Y tras 3 ó 4 canciones se fueron, y ahora me hace gracia imaginarme que crean que en España todo el mundo toca instrumentos y vamos cantando por la calle de normal.
Y por último terminamos en casa de Andrés, quien entendí que era un zapatero local a quien todos tenían mucho cariño.
Después de tocar un rato leímos algunos ramos.
Y paramos para cenar por tercera vez.
Y al rato volvimos a sacar los instrumentos y seguimos tocando como en el tiny desk de C. Tangana.
Por último, y como estaban como en familia, Gabriel se animó a cantar Te quiero porque te quiero, aunque no la llevábamos totalmente ensayada y hubo bastante improvisación.
Nos fuimos casi a las 2 y dejé las velas envueltas de Book & glow en el salón con motivo del día de la mañana antes de irme a dormir corriendo.
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