De cuestas pedregosas y niñas químicas
Ayer nos dijeron en recepción que la cafetería del hotel abría a las 7 y media así que nos despertamos a las 7 para bajar a desayunar.
Aunque una vez abajo descubrimos que los domingos abrían a las 8 así que improvisamos un desayuno de campeones con lo que teníamos.
A las 8 pasó el Tete a recogernos, fuimos a por Adri y de ahí a Cástulo.
Estuvimos calentando un poco mientras llegaban las 9 y empezaba la carrera.
Aunque se retrasó 10 minutillos, justo para que Ani y Gemma llegaran a la salida.
Pero resultó que la carrera era varias órdenes de magnitud de lo que los 4 pensábamos; Adri el Tete son dos bestias del running (el primero específicamente del trail running) y ambos terminaron absolutamente muertos diciendo que las cuestas que había no tenían ninguna clase de sentido.
Fuimos esquivando piedras, socavones y ramas partidas durante el recorrido, pero las cuestas eran tan largas y tan empinadas que ni andando podía recuperar el aire. En el km 5 no podía más, vi a las chicas y me quedé con ellas antes.
Alberto consiguió terminar los 3km que nos quedaban y nos vimos en la línea de llegada.
El Tete con un tobillo torcido |
Después de la bolsa con regalos y el avituallamiento volvimos al hotel a desayunar y ducharnos, hicimos el checkout a las 12 y fuimos a tomar algo y comer al Ventanas con Adri, Ani y su madre.
Estuvimos hasta las 3 y luego fuimos a tomar un helado pero todos estábamos bastante cansados así que no tardamos mucho en volver al coche para ir a Almagro.
Llegando a casa me encontré de casualidad con Diego, que iba a la de Carlos, así que dejé las cosas y le acompañé para jugar un rato con Elara.
Pero a las 8 y algo no podía más y me fui a casa a cenar y acostarme prontito.
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