De runners lastrados
Después de currar, a las 5 quedé para correr con Alberto.
A diferencia del viernes que íbamos flying, hoy hacía un viento fuertísimo que nos venía de cara casi todo el rato y lo notamos bastante, bajando un poco la media de min/km.
Y a las 8 fui a ensayar con los mayos intentando todo el rato que la guitarra no se me saliera del paraguas.
Terminamos la vuelta de canciones ensayadas y empezamos una segunda, y no había color con la primera; hasta las canciones que no había ensayado en casa sonaban infinitamente mejor solo por haberlas oído una vez.
Cuando volví a casa me leí un par de capis más de Vacas, cerdos, guerras y brujas y a dormir.
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