De asambleas sindicales

Madre tenía que ir al juzgado de Ciudad Real así que me acercó a la estación y a las 8.20 salimos a Madrid y pasé el viaje leyendo.


A las 5 tuvimos la primera reunión sindical telemática de 20 minutos y luego una ronda de preguntas, que duró hora y media y estuvo dominada por voces disonantes.

A las 7 y algo fui hasta Pinar para cenar y aproveché el trayecto para leer otro ratete.

Quedamos en el Everest Tandoori y pedimos varias cosillas mientras charlábamos de viajes por el mundo, inversiones y la historia del rock almagreña.

Se nos lió hasta las 11, volvimos al coche para probar la miraculina y la pimienta de sichuán y me acercó en un momen a casa de mi tío, donde no tardé en caer rendido acunado por el canto de los grillos.

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