De ruedas explosivas, cumpleaños varios y niñas fotogénicas

A las 8 llegaron un par de colegas del Diego y salimos hacia Membrilla, aunque a mitad de camino literalmente nos reventó una rueda.

El ruido de la llanta contra el asfalto era terrorífico, y el olor del caucho quemado aún peor

Había una niebla increíble así que fuimos corriendo a poner la baliza y la cambiamos por la de repuesto.

Llegamos un pelín tarde y nos pusimos a ponernos el equipo. 


Me llevé la GoPro con un soporte para la réplica y la estuve montando de un modo ligeramente favelero.

Como la llevo dentro de la carcasa de buceo el audio es regulero pero la estabilización me sigue pareciendo cosa de magia.



A la 1 y media nos despedimos y a las 2 llegamos a casa, justo para ducharme mientras se hacían la carne en la brasa, y después de comer celebramos el cumple de mi hermano.


Casualmente también es el de Broce. Jaime me había hecho el favor de pillarme la trilogía de la Voz de las espadas así que a las 4 y algo fui a su casa a por ella antes de ir a casa del Bro a dárselo.

Luego fuimos a por Elarilla para dar una vuelta con ella.

De paso Carlos cogió la reflex y fuimos a los columpios del parque de las nieves.




Cuando se fue el sol el frío nos sugirió irnos a casa y estuve ordenando las monedas de los viajes de estos años, algo que tenía pendiente desde hace bastante.


Y por la noche seguí un rato con El hombre iluminado.

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