De hermanos mercenarios y bebés imitadores
Por la mañana fui a Tijuana con Diego y un par de novatillos, siendo uno mi hermano y el otro un amigo del Diego, un tal Cristian.
A diferencia de otros días apenas estuvimos 9 jugando y dio pie a partidas mucho más dinámicas, porque no hay 3 personas campeando en cada esquina, y en general con mucho mejor buen rollo.
Llegamos a casa a las 2 y media, comimos y echamos varios unites mientras hacíamos la digestión.
A las 4 y 15 quedé con María 5 minutillos y luego fui a casa de Carlos a tomar un café que evidentemente se lió hasta por la noche.
A media tarde llegó Elara y nos pusimos a jugar con ella, primero a hacer puzles ridículamente grandes.
Y luego a replicar dibujos.
Y por la noche repetimos el plan de cenar, leer un ratete y a dormir.
Comentarios
Publicar un comentario