De foros romanos, palomas diabéticas y basílicas opulentas

Por la mañana visitamos el Palatino.




Y luego bajamos al foro romano.



La tumba del César, con flores de la comunidad judía


Una de las ilustraciones de Piranesi, cómo estaba la cosa en el siglo a mediados del XVIII


Al salir fuimos a por una cerveza para recuperar líquidos, porque el calor que estábamos pasando no tenía ni medio sentido.


Luego pasamos a la iglesia de San Ignacio de Loyola.

La tumba del papa Gregorio XV fronteando



Y luego pasamos al Panteón con nuestro carnet de guía.




Una vez me colé en el Panteón por ese agujero para asesinar a un man


Tras esto nos pasamos a comer al Ginger.


Y luego fuimos a por un Tiramisú, aunque nos costó decidirnos entre los literalmente 100 que ofertaban (aunque luego simplemente cambiaban los toppings).


Y fuimos a comerlos a la plaza Navona, aunque tenía todas las esculturas en obras por el Jubileo del año que viene.

El tiramisú se nos hizo bola y como nos encontramos unas palomas le dimos los restos para comer. Mientras tanto, reflexionábamos cómo para ellas somos simples herbívoros grandes que no planean comérselas, así que no ven motivo a tenernos más que un cuidado prudencial y cómo, de vez en cuando, algunos humanos las alimentamos.



Luego pasamos a Santa Inés en Agonía.



También fuimos al castillo de San Ángelo, antigua residencia de los Borgia (al menos en el Brotherhood), pero de nuevo todo el puente estaba tapado por obras.


Y sin darnos cuenta terminamos en el Vaticano. M esperaba algún tipo de frontera pero solo había una cinta policial que parece que marcaba el límite entre los dos países.




Y tras 15 minutillos de cola pasamos a la Basílica de San Pedro.


Antes de entrar no era ni siquiera capaz de imaginar un nivel de opulencia y ostentación ni remotamente cercano al que vimos allí dentro.







Tic tac



Y nos hicimos una última foto antes de irnos.


Aunque antes de salir de la plaza de San Pedro me pidieron 3 personas distintas que les hiciera unas fotos. Volví a darme una vuelta para ver si había sido algo más que coincidencia, pero nadie más requirió de mis servicios.

Estábamos cansados y sin ganas de comernos una hora y pico de vuelta en transporte público así que pillamos un Uber.

Mientras esperábamos

Y tras llegar y ducharnos hicimos una sena de picoteo.


Luego echamos un par de Unites y a María le pareció divertido grabar cómo perdíamos.

Y aunque no era muy tarde estábamos destrozados y optamos por irnos a dormir prontito.

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