De gallinas gigantes, pollitos vigilados y noches frías

A las 12 y media quedé con Diego y Elena (que a última hora vendió su turno para venir) y fuimos a por Broce y María, que acababan de presenciar el atropello de un gato cuando llegamos.

Fuimos a Mercadona a comprar las cosas del día y de ahí al campo.

Luego llegaron Carlos y Ceci con Elara, con el único objetivo de ver los pollitos.

No quiero ni imaginarme el miedo que me daría una gallina que me llegara al esternón

A las 2 y algo nos pusimos con las brasas para la comida.

Y después de comer fui con Elara a enseñarle el campo, aunque ella solo quería ver animalitos.


Así que me traje la caja con los pollitos para que no les perdiera ojo.

Luego estuvimos intentando pillar alguna gallina, aunque no se dejaron.


Y aunque mi idea era irnos con el sol, estábamos muy a gusto y acabamos volviendo a encender el fuego para soportar el glacial frío manchego.


Y a las 12 y poco nos fuimos a dormir.

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