De avituallamientos cumpleañeros y cantantes dominicanos
Por la mañana el Diego se pasó a darme las gafas de VR del Carlos y María las estuvo probando.
Hicimos la comida con un pollo que dejamos macerando anoche con lo que quedaba del garam masala, leche de coco y un poquito de arroz para acompañar.
Cuando terminé de currar fuimos a Ciu a hacer las compras del cumple; primero nos pasamos por Carrefour a por una cantidad ingente de cervezas de sabores exóticos.
A la hora de pagar tuvimos un enfrentamiento con una mujer, de etnia que no merece la pena mencionar, porque vació un monedero lleno de monedas de valor despreciable para pagar la compra y la cajera se pasó 5 minutos contando su calderilla.
Luego a por un vino blanco rico rico.
Luego a un chino desproporcionadamente grande a por platos, globos, un regalete para Elara y alguna cosa más.
Y finalmente a Mercadona, donde compramos el picoteo y la carne (aunque no tenían pan de hamburguesa ni mochis de tarta de queso).
Después de colocarlo todo, terminamos de craftear los premios del cumple y luego lo poco que nos quedaba de la digimaqueta mientras cenábamos.
Y luego fuimos a la plaza de toros al concierto de Henry Méndez.
En teoría iba a estar Carlos Areces de telonero, pero este man no era Carlos Areces.
Aunque nos vendieron que el show de Henry empezaba a las 12 no salió hasta la 1, segundos antes de que nos fuéramos (porque recordemos que era jueves y mañana se labura).
Pero cuando por fin escuchamos su armoniosa voz supimos que la espera había merecido la pena.
Alternó canciones propias con covers y con subir a niños al escenario a que bailaran al más puro estilo de subasta de esclavos.
Álvaro, Nat y Jaime se fueron un poco antes, pero María y yo nos los estábamos pasando bastante bien y decidimos quedarnos hasta las 2 y algo, que cantó la del tiburón y nos fuimos a dormir nosotros también.
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