De palacios caros, escritores mercaderes y tardes de piscina
Después de dejar haciendo la comida (la salsita para un katsu curry), quedé con María con la intención de ir a ver el recién inaugurado palacio de Torremejía, pero después de enterarnos de que nos querían cobrar 12 pavazos sin hacernos precio paisano optamos por no.
Adelantamos la visita a Macondo y fuimos a ver a Fer firmar libros.
Nos quedamos todos hasta que cerraron a las 2 y fuimos a tomar unas sangrías para celebrarlo.
Mis padres no comían en casa, así que cuando llegué me recibió mi hermano al borde de la inanición para terminar de hacer la comida.
Comimos, perdimos miserablemente unos Unites y un poco antes de las 5 me llamó el Félix para pasar la tarde en su piscina.
Después de bañarnos, hablar de la vida y jugar al último Zelda nos dieron las 8 y algo y nos fuimos a casa.
Y por la noche no tardé mucho en acostarme para madrugar mañana para correr.
Comentarios
Publicar un comentario