Nos levantamos en el hotel Cebón y desayunamos en el buffet libre con vistas a la plaza como auténticos nobles. Y volvimos a la habitación para recoger las cosas. Por no ir hasta el coche y volver, dejamos las maletas en una especie de trastero que había al lado de recepción y fuimos a dar una vuelta por el centro. Nuestro principal objetivo era la Torre Negra, un edificio hecho por dentro de madera desde el que se veía toda la ciudad. En algunos tramos casi tuvimos que hacer parkour para subir, y yo me di en un par de ocasiones en la cabeza, pero las vistas merecieron la pena. Y cuando nos cansamos de la vista de pájaro seguimos dando una vuelta por České Budějovice. Entramos a un convento que creíamos vacío y descubrimos que estaba lleno de niños, sospechamos, haciendo la comunión. También descubrimos el significado de las letras KMB escritas con tiza en las puertas que llevábamos viendo durante todo nuestro viaje, al menos por República Checa. Son las iniciales de los tres reyes...