De runners matutinos, vaqueros low poly y bebés famélicos

El Diego está de tardes y no puede quedar para correr cuando yo termino de currar, así que salimos a darnos una vuelta al pueblo en el descanso de las 11.


Tenía la tarde muerta así que empecé a jugar al Assassins Creed Russia, un jueguecillo de la franquicia que no sé en qué momento apareció en mi cuenta de Ubisoft.

A las 8 y algo quedamos en casa de Broce para jugar al Smokin' Guns, aunque el que otrora fuera mi PC y ahora es el de mi hermano iba a pedales.

Le ha desaparecido la tecla de la A

Y luego a casa de Carlos para estar un rato con Elara mientras Ceci hacía sus quereseres.

Ella cenó mientras jugaba y cuando nosotros nos hicimos unos yatekomos nos estuvo pidiendo al grito de "más, más".

No sabemos si es por el glutamato monosódico o porque la tienen al borde de la desnutrición (seguramente lo primero) pero se zampó la mitad de cada uno, sorbiendo los fideitos y volcándose el recipiente para beberse el caldito como si fuese el manantial de la vida.

A las 12 y algo todos nos vimos cansadetes y nos fuimos a casa.

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