De viajeros oníricos y pacientes estoicos
Tras un día que se pareció demasiado al de ayer volvimos a llegar a Ciudad Real, aunque la vuelta en tren fue especialmente dura.
Esta vez llegué a Bolaños sin pasarme ninguna salida, aguanté impávido los electrodos, volví a casa, un rato de GoW hasta las 11 y a dormir.
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