De calor diurno y sangre nocturna

Terminé de currar un poco antes de las 6 y no se me ocurrió nada mejor que salir a correr por la misma ruta que hice la última vez con el Diego. Gravísimo error, porque las temperaturas han subido 87 grados y casi fenezco de un golpe de calor.

Tirado como un perro bajo la única sombra que había

Fui escuchando los dos últimos podcast del Ragusea hablando en E49 de gauchos y gominolas de weed y en E50 de la herencia de los desayunos y la teleología de la evolución.

Después de cenar quedé con María para dar una vuelta y tras un accidente que casi hace que pierda la mitad de mi peso corporal en sangre conseguí llegar vivo a casa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De tardes tristes

De abrazos fotogénicos y cumpleaños dobles

De programmers y runners