De instaladores de sistemas operativos y tardes ociosas
Por la mañana María se pasó a por su ordenador a Polatec y me lo trajo sin abrir a casa para que se lo pusiera a punto a lo largo del día (lo compramos sin Windows).
Y después de pasarme por Macondo y por un chino a por un álbum de fotos para el regalo de Máter quedamos para tomar algo en el Marqués y trasteábamos con el portátil.
Y en casa cenamos algo rápido y seguimos viendo un par de nuestro amigo de Mándalor.
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