De comidas en familia, regalos sorpresa y paseos turísticos
Como habíamos dejado casi todo cocinado, nos levantamos sin excesivas prisas y terminamos de preparar los aperitivos y la comida.
Mariaje y May llegaban en tren desde Madrid a las 12, así que fui a buscarlas en coche y desde ahí fuimos hasta la posada del comediante, donde nos esperaban Carlos et al., pero como no abrían hasta la 1 volvimos a casa a hacer tiempo.
A la 1 fuimos todos en coche a dejar las cosas y volvimos andando hasta casa, pasando de camino por Macondo.
Tras otra parada para tomar unas cañas en la plaza, finalmente tardamos 45
minutos para llegar a casa en lo que debería haber sido un camino de 10/15.
Tras charlar un rato nos dieron las 3 y algo y nos pusimos a comer, no sin
antes hacernos algunas fotos.
Y luego llegó el momento de la tarta y los regalos.
Silvia las sopló como si fueran suyas la jodía |
La familia le regaló unos pendientes y un bolso y mi hermano y yo el álbum de fotos, que evidentemente ganó en protagonismo.
Pero el regalo fuerte fue el de mi padre. Cuando le dio el kit de limpieza de coche nadie entendía nada, pero cuando mi madre sacó unas llaves nuevas de dentro empezaron a sospechar y bajamos todos a la cochera.
Páter y yo llevábamos orquestando el cambio de su antiguo coche pichulero por una auténtica bestia con motor híbrido, y esa misma mañana había ido al concesionario Toledo con el viejo y había vuelto con el nuevo, dejando a todos boquiabiertos como un auténtico mago.
Cuando nos sobrepusimos de la sorpresa pasamos al siguiente punto del día, el tatu de un ancla que le hizo Alba a Sara.
La idea era salir a dar una vuelta por Almagro, pero lo fuimos posponiendo por lo bien que se estaba en la terraza.
Cuando por fin nos organizamos fuimos paseando hasta la plaza de toros y bajamos por el paseo de la estación, donde hicimos una pequeña parada lúdica.
Desde ahí fuimos a ver el Correjidor y la Posada.
Y luego fuimos a a tomar unas cañas al Parador, que desde aquí propongo que se convierta en un destino habitual los findes que salimos.
Volvimos a casa, cenamos unas papitas que previsoramente habíamos dejado junto a las brasas y bajamos al salón en una maniobra que casi nos deja dormidos.
Algunos se fueron a dormir, mi hermano y mis primos pequeños al campo de Fer y otros a tomar una copa a Ezequiel como hace justo 5 años.
Y con esto nos dieron la 1 y media y nos fuimos a dormir.
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