De albas cerúleas y paseos por el barrio
Fui a Madrid en el tren de las 6:40 para poder volver el martes pronto y llegar a comer a casa.
Como el año había empezado bastante bien, me empané en el cercanías que me llevaba al curro y me pasé de parada.
Aunque el amanecer azulado de invierno lo hizo ligeramente más llevadero.
Evidentemente no había absolutamente nadie en la oficina y pasé el día trabajando sin altercados ni interrupciones, sin contar con la propuesta de María S. para ser el Melchor de este año que acepté inmediatamente.
A las 6 y media llegué a la parada de Hortaleza, donde estaban Cris, Bea y Adri, y dimos una vuelta por el barrio y el palacio de hielo hasta acabar en la china (casa Linda), pedimos un cubo de cervezas con limón y yo algo para cenar y estuvimos charlando hasta casi las 9, acompañamos a Cris a casa y nos despedimos hasta el siguiente viaje a Madrid.
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