De runners sin aire y pizzerías eximias

Acostándome tan pronto a las 9 y poco ya estaba despierto, y tras cocinar algunas cosillas y levantar unos hierros salí a correr por la vía verde.

O esa era mi intención, porque antes de hacer un kilómetro mis pulmones no encontraban aire por ningún sitio. No sé si por la humedad o porque llevo una semana pachuchillo pero acabé andando en vez de corriendo.

Después de comer estuve comprando los regalos de navidad y luego probé el Vampire Survivors para móvil con un mando bluetooth mientras llegaba la hora de salir a Tomelloso.

Elisa, la jambita de Fer, llegaba en Blablacar a Tomelloso desde Murcia y como éste tiene un dedo roto y no puede conducir Jaime accedió a llevarle y yo me apunté al plan, y ya que estábamos ahí planeamos ir a cenar a la autodenominada como mejor pizzería del mundo (un título ligeramente pretencioso).

A las 7 y media salimos dirección Tomelloso a recoger a Elisa a una rontonda a las afueras del pueblo y fuimos a cenar a Marquinetti.


Empezamos con la Vincens

Seguimos con la Dulcinea (se me pasó la foto cuando llegó)

Y terminamos con la Rolling

El pobre Fer tiene los dedos inmobilizados

Tras volver en el coche escuchando los mejores temas de Pyromanía llegamos a Almagro a las 11 y media entre que dejamos a Fer, fuimos a la cochera y llegamos a casa nos dieron las 12 y a dormir para ser personas productivas mañana.

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