De oniomanías navideñas, viajes tailandeses y elfas gamers
Aunque planeamos quedar a las 9 y media, pequeños errores de cálculo pospusieron la hora de salida a las 10, y tras ir escuchando el nuevo disco de Mareea aparcamos en el juzgado y fuimos a la plaza a desayunar.
Aunque esperábamos que no hubiese mucha gente por ser por la mañana resultó que esperamos mal.
Pasamos la mañana por el centro de tienda en tienda yendo a por regalos que teníamos seguros y dando una vuelta por si nos venía la inspiración.
Y cuando tuvimos suficiente gasto superfluo y consumismo capitalista fuimos a comer al Takara.
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Los makis crujientes de pato frito son otra liga |
Aprovechando que el Diego ha venido a Ciu para pasar la navidad quedamos con él para tomar una café en el Essencia y nos estuvo contando su próximo viaje a la península de Malaca sin alojamiento reservado ni billete de vuelta.
Se nos lió más de lo esperado y acabamos volviendo al coche casi de noche, aunque antes de volver a Almagro pasamos por Carrefour a por un último regalo para mi hermano.
Finalmente pasamos previsoramente al enorme bazar chino a por un mando de juguete para el cumple de Elara, encontramos un camino alternativo a la autovía a Almagro y terminamos llegando a casa a las 9, y desde ahí no mucho más hasta acostarnos.
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