De opositoras optimistas, grupos tributo y libreros explotados

Como mi hermano va a volver a València a estudiar, mis padres se fueron con él de madrugada para terminar la matrícula y mirar algunos pisos, y como estaba solo en casa, María se pasó en el descanso de las 11 a trabajar juntos. 

Para mi desgracia esta semana estoy de guardias con Belén, así que aunque María se trajo el portátil y los apuntes para estudiar yo estuve liado hasta la hora de comer (exceptuando un breve descanso para tocar la guitarra y un par de partidas al Unite).

Para comer nos hicimos pasta con soja texturiada, grana padano y cebolla crujiente.


Tras otra tarde de duro trabajo por parte de unos y una siesta multihoraria por parte de otros, María se desveló como la fan número 1 de la difunta Pyromanía y estuvimos un rato tocando intentando tocar Mar de cristal.


Tras este arranque musical le enseñé el nuevo gym y estuvimos saltando a la comba y, antes de que potencialmente empezara a llover, fuimos a visitar a Jaime en Macondo llevándole unos merengues de merienda.

Como la tarde estaba fea y no pasaba mucha gente, nos pusimos a resolver unos ejercicios de un libro de 3º de la ESO de matemáticas.

Álvaro está de vacaciones así que el Jaime está de librero de guardia

Sobre las 8 nos despedimos del lumpenlibrero con fuertes abrazos, acompañé a María a su casa y me fui a la mia a hacer una empanada de verduras y soja texturizada para cenar.

Mis padres llegaron al poco y tras un resumen del panorama urbanístico valenciano y un par de partidas al Pokemon Unite con mi hermano me fui a dormir.

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