De reposteros eléctricos y territorios inexplorados

Por la mañana llegaron las varillas eléctricas que había pedido para mi cumple así que sobre las 12, cuando terminé de currar, me puse a terminar el relleno de la tarta para mañana, una cheescake de lima y pistacho.

No vuelvo a montar nata a mano en mi vida

Cuando cerró Macondo quedamos para tomar unas cerves en la plaza pero un huracán de nivel 4 en la  escala Saffir-Simpson nos obligó a abandonar el Esclavo. 

Acompañé a María a casa a por el coche y fuimos a dar una vuelta investigando por los aledaños del campo bolañego y nos quedamos hablando un ratete del futuro laboral.

Tuvimos la maravillosa idea de intentar volver a ojo, pero acabamos en un videojuego de terror.

Volvimos a Almagro un poco antes de las 2 y nos fuimos a dormir.

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