De automatizaciones repetitivas y antifriones munificientes

Creo que ya lo conté pero la última vez que vi a Jorge en la ofi en Madrid me recomendó el Idle Slayer, y 3 semanas después sigo jugando. 

La parte divertida es avanzar, y para eso tienes que pasar por un gameplay bastante reguerlo. Así que, en un esfuerzo por automatizar el grindeo, lo he instalado en un móvil antiguo, me he bajado un autoclicker y en los breves descansos del telecurro estuve configurándolo para que nunca pare.


Terminé de currar a las 6 y a y 5 me montaba en el coche de Álvaro para ir a casa de Laura Arroyo quien, en un gesto de filantropía excelsa, nos invitó a Fer, Nat, a mi y las Marías Delgado y Santacruz y a los Álvaros González y Briñas pasar la tarde jugando a juegos de mesa.

Empezamos la velada con el Saboteur.

Luego seguimos con el The mind (aunque lo intercalamos con la cena, a lo que también nos convidó nuestra anfitriona, así que el nivel de concentración bajó mucho).

Y finalmente jugamos al Mysterium, una mezcla entre el Cluedo y el Dixit.

Como siempre que viene Laura acabamos embelesados escuchando sus anécdotas de guardias en urgencias hasta la 1, momento en el que nos despedimos de ella y fuimos a dar una vuelta de 2 minutos en coche a ver qué había en la feria.

Tras dejar la feria, María me acercó a casa y no tardé mucho en acostarme.

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