De lesiones fatídicas y noches en urgencias

Por la mañana, cuando consideré que había perdido el tiempo suficiente, hice un costillar al horno con glaseado de miel y limón.

Cociné para 4 pero casi a las 2 mi hermano irrumpió en la cocina diciendo que su conductor había adelantado el viaje y se iba ya a Ocaña así que se lo metí en un tupper, se fue y poco después comí con mis señores progenitores.

A media tarde jugamos un partido de fútbol con la malísima suerte de volver a hacerme daño en el tobillo y pensando que no era nada no le di mayor importancia.

Por la noche quedé para dar una vuelta con María y tras echar gasolina y darle muchas vueltas acabamos en la Baires.

Por la noche el dolor se hizo prácticamente insoportable así que acabé yendo a urgencias con María y Jaime, quien se apuntó en el último momento.

Preocupadísimos por su amigo

Tras unos dolorosos minutos salí de urgencias cojeando con el tobillo vendado, un parte médico que pensaba que me servía para teletrabajar y feliz del sistema de sanidad tan eficiente que tenemos.

Con un cóctel de antiinflamatorios que me suministraron el dolor remitió y pude acompañar a María a Bolaños a por una cosa antes de que me volviera a acercar a casa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De hamburguesas para llevar

De programmers y runners

De tanatorios y purpurina