De conciertos de Metallica
Aunque era el concierto de Metallica fui a la ofi a currar como un día normal y al Madcool a la salida, aunque luego me arrepentí de no haber ido un par de horas antes.
Además, tuve mi bautismo de fuego de cercanías; tras perder uno en Paco de Lucía por no saber qué vía coger pregunté a un señor que parecía perro viejo en las artes oscuras de los cercanías y por fin me hice click en la cabeza. Me contó que no hay manera de saberlo ni deducirlo; hay que mirar un mapa para entender por dónde pasa cada vía a partir del destino que ponen en las pantallas, y con eso pude llegar al festi a las 9 y media.
Pasé el control de seguridad escondiéndome el tapón de la botella en la deportiva y accedí a un recinto mucho más loco de lo que me imaginaba.
Iba a escribir el nombre de cada canción pero como grabé como mínimo trozo de cada una las pongo en orden, al final el concierto entero en audio y a otra cosa.
Luego hicieron el teatrillo de irse para hacer luego volver con unas canciones encore y mientras tanto les vitoreamos.
Cuanto terminamos de la experienca multisensorial y del éxtasis extracorpóreo que nos supuso el despliegue de luces, pantallas, lanzallamas y pirotecnia eran las 12 y media y el Edu y yo nos despedimos del resto para volver al piso y madrugar responsablemente como buenos esclavos del capitalismo.
Aunque no se dieron cuenta en aumentar el número de metros porque estuvimos esperando casi 10 minutos con una cola de gente cada vez más grande, e inevitablemente algunos se quedaron fuera cuando llegó.
Cuando llegamos al piso nos duchamos rápidamente y nos fuimos a dormir, roncos y sin asimilar totalmente lo que acabábamos de vivir.
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