De gamers insistentes y clases de saxofón

Habíamos decidido no salir, así que como mis padres y mi hermano sí estuve buena parte del día en casa intentando que Malenia feneciera, y después de +100 intentos finalmente lo conseguí.

Sobre las 8 quedé con María para despedirnos y fuimos a Ciu en coche.


Cenamos en el KFC, donde en un gesto de munificencia desmedida la invité a una hamburguesa (en realidad esto no es relevante pero llevo un minutillo pensando y no se me ocurre qué más contar de la cena).


A estas alturas está cansadísima de mis ínfulas de bloggero

Después fuimos a Bolaños, a un sitio apartado donde nadie nos oyera, para mi primera clase de saxofón, y las instrucciones fueron tan claras y precisas que a los pocos minutos ya estaba tocando el cumpleaños feliz.



Volvimos a Almagro sobre las 2, nos dimos lo que teníamos del otro (o esa era la idea, porque María que se "olvidó" de mi ebook) y nos fuimos a acostar directos para poder reengancharnos a la vuelta del horario laboral.

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