De libreros pillados in fraganti y runners siberianos

Al terminar de currar me fui a correr, pero antes pasé por Macondo a saludar al librero que estuviera guardando todos esos libros.



Estuvimos hablando media horilla hasta las 8 que cerró, le acompañé al gym y yo me fui a correr. pensando que en algún momento iba a entrar en calor pero ese momento nunca llegó y terminé con las manos congeladas. 

Y en casa la de siempre, cenar algo ligero y quedarme en el salón con el PC hasta las 12 y algo.

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