De espontáneas volleyballeras

Después de una mañana de curro movidita el Diego se improvisó un arroz con curry to bueno.

Por la tarde volvimos a bajar a jugar al volley pero hacía tanto viento que la pelota iba loca. Marta volvió a aparecer, esta vez sin prisa. Se sentó al lado del poste de la red y estuvimos hablando mientras practicábamos strats hasta que empezó a hacer frío.

Después el Diego y yo fuimos con Antonio a Mercadona mientras le enseñábamos cómo no conducir y entre que volvimos, terminamos de recoger y cenamos se nos hizo la hora perfecta para ver AoT hasta que se hizo preocupantemente tarde.


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