Diario lacónico

En una llamada rutinaria con Jorge descubrimos que podemos usar filtros faciales en el chat de Google, y nos entretuvimos un rato con filtros de perro con un perro de fondo que de vez en cuando miraba extrañado. A las 2 y media llegó el Rafa y dimos una vuelta a Chispillas antes de comer. Aunque hacía un día bastante feote salí a correr una horilla por el paseo marítimo. Las barras de la playa No sé si era por el 90% de humedad pero me faltaba aire contínuamente, aunque finalmente llegué hasta la catedral. Y luego media vuelta. Después de volver y ducharme estuvimos llevando cosas al nuevo piso del Rafa. Es un octavo con unas vistas espectaculares al mar. Y al volver al piso nos encontramos con que Bea nos había pedido unas pizzas para agradecernos la lasaña de anoche.

Tras una intensa mañana de telecurro vigilando el mar, el Rafa llegó a las 3 con un paquete de pasta y lo hicimos en un momen con parte de la boloñesa para la lasaña. Hizo un día feísimo de lluvia y viento huracanado así que, aunque Rafa se fue a currar un rato por la tarde, yo me quedé en el piso con Pedro y Manguita viendo cómo debatiendo sobre el futuro del piso y viendo cómo se lo enseñaban a las 2 o 3 personas que vinieron a verlo. También aproveché para hacer el wrapped de 2023.  Y cuando vino Rafa terminamos la lasaña. Un poco antes de las 10 vino Bea y nos la cenamos mientras recordábamos historias de hace ya dos años  y medio, y luego sacamos un rato a Chispas a la playa. Y a las 12 a dormir.

Por la mañana estuve telecurrando acompañado. Y en cuanto terminé salí a correr por la playa con Chispas, aunque rápidamente se encontró con más perretes y se puso a jugar con ellos, imposibilitando cualquier carrera. Aunque finalmente conseguimos correr un rato. Al volver estuve cocinando con Rafa una boloñesa para hacer mañana lasaña. Hasta que el fregadero se atascó, lo intentamos desatascar, petó y nos pusimos a arreglarlo. Aunque el piso no es mío y Rafa se va en un par de días nadie hizo un amago de echarnos una mano, así que con paciencia y la ayuda de unos vídeos de Youtube finalmente lo dejamos funcionando. Un poco antes de acostarnos sacamos a la perra a dar un paseo por la playa y nos quedamos hablando con otras personas en nuestra misma situación. Y un poco antes de las 12 a dormir.

Madrugué para currar un ratete antes de ir a Ciu para comer el tren de la 1 para ir a Cádiz. Estuve currando un rato en el tren. Aunque internet iba regulero y me acabé pidiendo medio día de vacaciones, y entre que comí y vi un par de capis de One Piece volví a Cádiz tras dos años. Aunque el tren entra por el sur para en el norte, así que toca volver a bajar en el bus 1. Tras llegar y dejar las cosas fui a dar una vuelta por la playa con Rafa y su perrete mientras nos poníamos al día. Al volver dejamos al perro y fuimos a Dia para una compra de supervivencia básica e hicimos la cena. Y después se convocó un consejo de sabios en el salón para decidir el futuro del piso, porque Rafa y su otro compañero lo dejan en unos días. Y antes de las dos nos fuimos a dormir, no sin antes comprobar que el mar seguía correcto.

Entre los diversos quereseres de un domingo por la mañana, Madre me ayudó a coser unos hilos suelos en un polo. Me ayudó aka lo hizo ella Y antes de comer eché unos Unites con Jose con sensiblemente menos suerte que ayer. Por la tarde fui a casa de Carlos a jugar un ratete con Elara. Volví a casa para cenar y terminar la maleta y no me acosté mucho más tarde.

Por la mañana estuve montando los diversos muebles de Ikea que trajimos ayer. Jose estaba a las puertas de subir a maestro así que por la tarde estuvimos con mi hermano grindeando las 4 ó 5 victorias que le quedaban. Y por la noche fuimos a la comedia para disfrutar de la fugaz presencia de Edu en Almagro.  Nos quedamos hasta la 1 y al volver a casa nos cruzamos con la banda haciendo el caracol en la plaza por Santa Cecilia.

Madrugué como una bestia para terminar de currar a la 1 y poder ir a Ciu. Después de dar una vuelta consumista por el centro fuimos a comer al Sukol. Todo estaba riquísimo Luego nos pasamos por Decathlon y Mediamark y fuimos a recoger un pedido a Ikea. Y por la noche quedé con los libreros y sus respectivas parejas para cenar en el Castillo.

Después de telecurrar fui con Páter al campo para ver la casetilla terminada y ver que las gallinas seguían bien. Luego fui a boxeo y terminando tan tarde no me queda tiempo para nada a la vuelta.

Tras una mañana de telecurro de chill por la tarde probé el Stacklands y por la noche unos Unites con mi hermano y a dormir.

A las 7 y algo salí como un ninja de casa de mis tíos, pasé la mañana en la ofi y a las 2 y media empecé la odisea de vuelta a casa. Aproveché que la estación de AVE de Ciudad Real está al lado del centro comercial para hacer un pedido en Ikea y a las 6 llegué a casa y comí algo. A las 9 a boxeo y al volver eché unos Unites con mis homies malagueños antes de acostarme.

A las 7 salí de casa de María para esperar pacientemente al autobús. Y una hora y algo después llegué a meteo.  Después de un día entretenido en la ofi fui a cenar a casa de mi tío, llevándole especias exóticas e historias increíbles de Marruecos. Hicimos kebabs con las especias El sueño acumulado empezaba a pasarme factura y antes de las 12 deseé a todos felices sueños y me acosté en la cama de mi ausente primo con afición a los lagartos en terrarios.

Un poco después de y media llegó un man corriendo con toda la cara de dormido pidiendo perdón y diciendo que había puesto la alarma una hora tarde, que nos traía el desayuno en un segundo pero que  “please don’t tell my boss”. No somos snitches así que nos llevaremos su secreto a la tumba. Tuvimos que desayunar corriendo porque abajo ya estaba Youssef , el conductor que nos llevaría a visitar los destinos del día. Obviamente sólo se me presentó a mi, relegando a María a un personaje secundario en esta historia. Una vez en el coche, el viejo Youssef (que luego descubrimos que tenía la edad de María) intentó que cambiáramos la excursión; en vez de ir a Ouarzazate y a Ait Ben Haddou, quería ir a a una ciudad en mitad del Atlas que estaba considerablemente más cerca pero no tenía nada que ver con la excursión que nosotros queríamos hacer. En el fondo respetamos el intento de quitarse más de 4 horas de coche entre ida y vuelta, pero no era la excursión que habíamos contratado así que le dij