De gigantes libres y jugadores de billar
Por la mañana vino Ángela a comer a casa, se fue poco después y a media tarde quedé con Carlos en casa de Diego para aprovechar su patio y jugar al Davigo. Tuvimos que sacar el router por la ventana para poder jugar bien pero finalmente lo conseguimos. Está sorprendentemente bien nivelado; a veces gana el gigante. Y a veces pierde. A las 9 fui con los Nitros a Ciu para ir al Dominos a probar las nuevas masas de croissant. Fuimos en el coche de Diego y aunque me bajé antes con Elena para pillar mesa. Luego fuimos a un par de baretos a echar un billar. Este era el Living Nos pasamos por el Stranger Bits para enseñárselo al Jose y a la 1 y media volvimos a Almagro. Y a dormir no sin antes, obviamente, leer un capitulillo del Ritmo de la Guerra.